Los preestrenos del Festival Antonio Ferrandis de Paterna
Cines Kinépolis
Avenida de Francisco Tomás y Valiente, s/n. Valencia
Martes 20 de junio de 2017

València volvía a acoger un preestreno muy interesante. Podíamos ver antes que nadie ‘Despido Procedente’, la segunda película del director argentino Lucas Figueroa, que ya sorprendió a propios y extraños con su ópera prima ‘Viral’ (2013) un film al que llegábamos con mucha ilusión tras su multipremiado corto ‘Porque hay cosas que nunca se olvidan’ (2008), y que personalmente me dejó frío, ya que se perdía en el arranque y se iba desdibujando a lo largo del metraje. Una lástima, pues la premisa estaba bien perfilada, pero era difícil de mantenerla en tensión durante todo el film.

Ahora nos traía una «comedia» a la argentina, con ese humor que tanto nos une. La película está dirigida y escrita por el propio Figueroa, algo que le debería, en teoría, de dotar de toda la libertad de movimiento, pero le sucede lo mismo que a su primera película, se pierde, nos muestra demasiadas cosas y no nos permite imaginar prácticamente nada. Un error, pues nuevamente el punto de partida promete; es más, se podía haber planteado como una comedia más chisposa y animada y menos enrevesada.

Fotograma de la película 'Despido Procedente', de Lucas Figueroa.
Fotograma de la película ‘Despido Procedente’, de Lucas Figueroa.

La verdad es que me cuesta disociar a Imanol Arias de su personaje en la serie ‘Cuéntame cómo pasó’, algo que suele lastrarme a la hora de poder disfrutar de sus papeles en otras películas. Aunque lo que comento aquí es cierto, Imanol Arias ya lo viene «sufriendo» hace tiempo, mucho antes de su papel como padre de la familia Alcantara. Quizás el papel que mayor fama le ha proporcionado haya sido el de ‘El Lute’, un personaje real que lo colocó en la palestra y lo lanzó a la multitud, transformándolo en un actor muy reconocido.

Recordemos la fama adquirida por el mismo al ganar la Concha de Plata al Mejor Actor por  ‘El Lute: camina o revienta’ (1987). Teniendo eso en cuenta, cualquier personaje al que dé vida Arias siempre estará sedimentado en capas de otros papeles que han ido conformando el modo que tenemos de ver al actor. No es menos cierto que es algo que le sucede a muchos otros, y es algo difícil de eliminar.

Imanol Arias y Darío Grandinetti en un fotograma de 'Despido Procedente', de Lucas Figueroa.
Imanol Arias y Darío Grandinetti en un fotograma de ‘Despido Procedente’, de Lucas Figueroa.

En éste, el papel no se parece a Antonio Alcántara, pero el perfil bajo y sencillo (pese a ser un directivo de una multinacional) lo asemeja demasiado. La película que nos ocupa, ‘Despido Procedente’, se desarrolla en Buenos Aires y  gracias a ello podemos ver en pantalla a actores de la altura de Luís Luque, que es de lo más salvable de un film que pretende ser cómico y cae muy pronto en el aburrimiento. En el tridente protagonista tenemos, además de a Imanol Arias, a Hugo Silva y a Darío Grandinetti, ambos muy bien en lo formal. La historia es sencilla: un ejecutivo indica mal una dirección a un desconocido, el desconocido pierde su trabajo al llegar tarde al trabajo y a partir de ahí comienza a acosarlo pidiéndole dinero…

Hasta ahí bien, todos cumplen su papel. De hecho, Grandinetti, que es el acosador perturbado, aparece en cualquier lugar haciéndole pasar las de Caín al pobre de Imanol Arias (Javier en el film); a mí me recordó a Michael Myers: siempre en algún lugar cercano con pose hierática y amenazante.

Por desgracia, todos los enredos se solucionan con escaso ingenio y el humor brilla por su ausencia, aunque cuando hace acto de presencia (momento donde hay un secuestro) desborda la pantalla. A la historia le cuesta mantiene el ritmo, que por momentos decae para subir un poco y estancarse.

Hay que seguir agradeciendo a los preestrenos del Festival Antonio Ferrandis y a Kinépolis, que sigan apostando por traer a València a directores y actores de la talla de Darío Grandinetti y Lucas Figueroa.

Imanol Arias en 'Despido Procedente'.
Imanol Arias en un fotograma de  ‘Despido Procedente’, de Lucas Figueroa.

Javier Caro